Una mirada dice mas que mil palabras

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SOCIALES / Edición 417                                                                                                                                                                                                     

MISERIA GENERALIZADA EN EL PAÍS COMO SOBREVIVIR EN DESEMPLEO, CON BAJO SALARIO Y ALTO COSTO DE LA VIDA  


El país se encamina a una crisis total. Desde hace muchos años el gobierno de Daniel Ortega ha sostenido que nuestros índices económicos son de mejoría económica año con año, siendo su discurso desmentido con la difícil situación que enfrenta todo el pueblo.
Desde su llegada a la presidencia en el 2007, Daniel Ortega, inmediatamente puso en práctica una agresiva política de congelamiento de salarios en periodos semestrales, pero al mismo tiempo, los precios de los productos básicos no se congelaban paralelamente en seis meses, significando esto, la devaluación del salario nominal de todos los trabajadores. En relación a esto, la brecha de diferencia entre los salarios congelados y el incremento de los precios de la canasta básica se han distanciado más, pero con las últimas reformas tributarias que aprobaron unilateralmente los diputados del gobierno, la agresión a los asalariados alcanza niveles que nos aproximan a la explosión social.
Es más grave aún, el panorama para los que fueron despedidos, debido a que no están obteniendo ingreso alguno por estar desempleados, ¿cómo harán los trabajadores despedidos para sostener su núcleo familiar? La grave situación socioeconómica no se detiene aquí, además de las alzas de precios que estamos enfrentando y el desempleo galopante, se agregan gastos de medicina, de educación, pagos de alquiler de casa, transporte, vestimenta, calzado y otros que surgen de las eventualidades de la vida.
Frente a esta grave situación ¿Cuál es ese país en desarrollo del que en todos sus discursos habla el presidente de la República Daniel Ortega Saavedra? Por toda Nicaragua se ha extendido una peligrosa crisis. Los campesinos no tienen financiamiento para sembrar y producir para el mercado nacional, con dificultad sus medios dan para su propia sobrevivencia, los obreros con salarios míseros y congelados están auto racionados para consumir, el comercio digno languidece por los altos impuestos y una drástica merma en sus ventas. La población entera envuelta en una lucha diaria a brazo partido por sobrevivir dignamente.  La cruda realidad que vivimos bofetea el discurso demagógico de progreso del mandatario, se convierte en una especie de provocación para el pueblo.
Nicaragua entera rechaza esos discursos que hablan de un buen gobierno, solidario, socialista y cristiano que solo nos causa una repulsiva condena y profundo enojo.
Ahora se puede comprender mejor, de donde es que proviene la delincuencia generalizada, la desmoralización y fatalismo de amplios sectores populares que no encuentran ninguna perspectiva de solución a sus más sentidos problemas, ni observan responsabilidad de las autoridades en solucionarlos. Mes a mes, semana a semana, día a día se incrementan los índices de robo y toda clase de delitos comunes producto de la irrefrenable crisis total que vivimos.




Las inmensas afectaciones económicas y sociales que padece el pueblo son un contraste absoluto con la vida de escándalo de los privilegiados de los altos funcionarios del aparato estatal, entre estos: Magistrados, Jueces, Ministros, Viceministros, Alcaldes, Diputados, Comisionados de la Policía, la alta ? del ejército y todos ellos, encabezados por el Presidente y Vicepresidente de la Republica que mes a mes devengan salarios en miles de miles de dólares y que les suman a estos ingresos todos los que provienen de las actividades propias de la corrupción administrativa.
Ahora bien, imaginémonos a un ciudadano común y corriente que, en búsqueda de la sobrevivencia familiar, apenas consigue C$200.00 diarios, y llega a su casa y no hay nada que comer, con sus hijos enfermos y pendiente de pagar agua, luz y alquiler de casa ¿podría sentirse muy contento del modo que lo viven los funcionaros del primer piso del gobierno. ¿Creen que no se sientan desesperados y quizás hasta con deseos de salir a robar?
¿Podrían estar contentos los funcionarios del gobierno devengando el salario promedio de un trabajador agrícola de C $130-150 diarios o bien, el salario de un maestro que oscila entre C$7,000 y C$ 7,500 o, el de un obrero calificado que, sometiéndose a horas extras, apenas redondea entre los C$9,000 y C$10,000 mensuales y decir que todo está normal y con altas expectativas de crecimiento económico? Sencillamente el pueblo les solicita su criterio, señores funcionarios de primer nivel del gobierno.
Los repetidores del mensaje, de que todo está normal en el país, deberían subirse a los buses urbanos, visiten los barrios marginales, los mercados, los hospitales públicos, las comunidades rurales, para ver si en esos lugares se reflejan los discursos de progreso y felicidad del pueblo que ustedes pregonan.
El continente africano donde constantemente se ven casos de hambrunas por guerras y sequias se trasladó a nuestro país con las imágenes de desnutrición, insalubridad, falta de servicios básicos, galopante desempleo, alto costo de la vida e incesante violación de los derechos humanos.
En los hogares empobrecidos las horas transcurren con lentitud entre lamentos por no tener que comer por no tener dinero para comprar. Los viejos trastes de cocina extrañan el sabor de la carne, de leche y del gallo pinto. Por este camino, las raíces serán el único alimento alternativo para sobrevivir.

Los nicaragüenses tenemos que combatir las raíces de la profunda crisis nacional antes que la crisis acabe con el pueblo y las formas políticas para lograrlo, exige la unidad nacional de todos aquellos que queramos heredarles una Nueva Nicaragua a las generaciones venideras. 

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