UNAMOS NUESTRAS VOCES Y
NUESTRA ACCIONES
Unidad Nacional para democratizar
Nicaragua. Vencer intolerancia y todo
tipo de abusos del régimen dictatorial que nos oprime. Consenso nacional para elaborar Programa de
Gobierno que incluya libertades públicas, respeto a los derechos humanos,
justicia social, desarrollo económico y progreso social. La política es una ciencia y un arte
y su función es saber combinar las estrategias acertadamente para resolver las
situaciones de conflictos que se puedan generar por la falta de entendimiento
de las partes involucradas, sin maltratar la relación. Los principios de la ciencia y el arte de
gobernar están fundamentados en profundos conocimientos, más el complemento
de la voluntad de servicio público. A esto se suma la
honradez, transparencia, experiencia y el
respeto. En Nicaragua, el pueblo demanda un
alto a la forma vieja de gobernar, y la vieja forma de hacer política. Lamentablemente
hay quienes toman como profesión la política y sólo ven en ella la posibilidad
de beneficiarse personalmente con las relaciones para obtener de esta forma un
enriquecimiento ilícito; entrabando los procesos de negociación a su
conveniencia. Dicen ser opositores del gobierno, pero en la práctica no lo son ni del gobierno ni del régimen, pues son soldaditos a la espera de
la orden que le dará el gobierno para actuar, motivados por las coimas, favores que se convierten en compromisos,
autosugestionados que son imprescindibles;
“el talento” que tienen para
gobernar nadie lo tiene, ellos son los escogidos, para pensar, enriquecerse y
estar por encima de toda la sociedad. Quienes actúan de este modo no tienen el menor interés de
encontrar las soluciones a las dificultades que vive nuestro pueblo. Y son capaces de enriquecerse con negocios funestos como las
guerras y otros que generan millones de
millones en ganancias para ellos y sus
secuaces. Toda esta corrupción, es lo
que convierte en sangrientas los procesos de las demandas que hacen los
pueblos. Los funcionarios del estado se
convierten en sanguijuelas pegadas al erario
público mientras el pueblo languidece por las crisis. Represalias, acoso, detenciones
ilegales, y todo tipo de atropellos de
opresión que ocurren por parte del gobierno y el apego enfermizo por
el poder tiene profundas raíces ligadas
a los intereses económicos personales, familiares y dinásticos. Esta ambición desmedida la conciben como un “derecho” personal y
familiar, decididos a defenderlo cueste
lo que cueste, sin importarles las vidas humanas, sin distingo de edad, sexo, o
condición social. No hay respeto por la
integridad física de los seres humanos que expresan opiniones críticas contra los atropellos que
cometen estos funcionarios que no le sirven al pueblo, pero que es el pueblo
quien les paga su salario.
Recordemos que estamos frente a un gobierno
opresor, que tiene en sus manos todos los instrumentos para reprimir. Nuestras acciones deben ser firmes y con la
mínima posibilidad de fracaso. El
régimen está débil y con nuestras acciones contundentes debemos impedir que
retome el control. Cada golpe a la dictadura debe ser contundente; toda acción de lucha, debe
consensuarse para garantizar mejores resultados.
Todas las organizaciones, todos los
nicaragüenses, ciudadanos honestos, que queramos de verdad cambiar las cosas, debemos
cerrar filas alrededor de una sola organización que coordine las acciones, nos
indique el norte que todos debemos respaldar.
Tienen su importancia los llamados que
hacen las distintas organizaciones, unidas en objetivos
programáticos, para alcanzar la paz, justicia y democracia, libertad de los
reos.
El Partido Comunista de Nicaragua
hace un llamado a la sociedad en general:
La unidad y organización es la mejor arma de un pueblo, obviando las
diferencias, este magno objetivo lo alcanzaremos en el Verdadero
Diálogo Nacional;
unamos esfuerzos, ideas, acciones por el objetivo común que
tenemos: El fin de la dictadura, el fin
de la crisis que cada día nos afecta,
con más fuerza a los sectores
populares. Construir la Nueva Democracia para un régimen de justicia, estado de derecho, desarrollo económico, político-jurídico, y progreso social. Estos objetivos programáticos, consensuados por todas las organizaciones que luchamos
contra el sistema corrupto que nos domina.
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